Uno de los dos grandes salones del Castillo es el Salón de Los Cazadores. Ahí es donde servimos todos los días nuestros suculentos desayunos, acompañados de las ricas mermeladas hechas por nosotros en nuestro Obrador. Se encuentra en la planta baja, dando al Patio de Armas. Antiguamente se ubicaban allí las caballerizas del Castillo de los Caballeros Hospitalarios y adornan sus muros una colección de cabezas de todas las especies de caza mayor que se dan en España: sarrio (o rebeco), corzo, muflón, cabra hispánica, gamo, ciervo y jabalí. En su contexto, es el supermercado medieval de los que querían comer carne que no fuera de ave. Había que ir a buscarla…
Cuenta con un piano colín, donde Carmen París nos dio un pequeño concierto en la intimidad, y es una estancia fresca en verano y cálida en invierno, gracias a sus centenarios muros de más de medio metro de espesor.
Una enorme terraza descubierta que unía las 2 torres ha sido cubierta para convertirla en un gran Salón-Museo: el Salón de las Armaduras. Réplicas perfectas de armaduras, junto a espadas, mazas, escudos, ballestas, alabardas, picas, cotas de mallas, etc. configuran una excelente colección que adorna este Salón que se utiliza para eventos (aquí se celebró el I Encuentro de fans de Juego de Tronos), reuniones de empresa o banquetes por encargo. Ambos Salones nos ayudan a dar los desayunos a nuestros huéspedes guardando la debida distancia social.
El Castillo cuenta con un mirador excepcional que te permite abarcar con la vista los 360º desde una atalaya impresionante en lo alto de las dos torres almenadas. Contemplar el Moncayo de tú a tú, acariciar con los dedos el caprichoso perfil de las Peñas de Herrera, respirar la brisa que mece el mar esmeralda de encinas (carrascas en Aragón) de la Dehesa o divisar, a lo lejos, los días claros, los Pirineos, son un privilegio para la vista inenarrable. Como lo es para el alma entera cerrar los ojos, respirar profundo y escuchar el silencio, la quietud del Valle de Morana… ¡Una subidita de cuatro pisos de escaleras pero con premio gordo!
El Patio de Armas del Castillo de Añón se denomina en la actualidad Plaza del Trinquete. Parece ser que el nombre se debe a que en dicho patio se ubicaba el “trinquete”, el freno del mecanismo del puente levadizo que el Castillo debió de tener, con su foso incorporado. En el Patio, la guarnición del Castillo, compuesta por unos 20 Caballeros Cruzados de la Orden Hospitalaria de San Juan de Jerusalén, se ejercitaba en las artes de la guerra y hacía instrucción para estar en forma. Cuando había peligro de asedio, se pedían refuerzos, y acudía una compañía de ballesteros para ayudar en la defensa.
En el Patio se situaba el calabozo, hoy convertido en La Suite del Olvido, con 2 espectaculares habitaciones y una “bodega secreta” convertida en biblioteca. La hiedra que cubre los muros del Castillo, los geranios rojos y las floridas hortensias le dan un aspecto de una belleza inigualable.
Como podrás observar, tenemos una gran variedad de espacios únicos que harán que tu estancia en el castillo sea inolvidable. Además, Añon de Moncayo todavía no ha diagnosticado ningún caso de COVID-19, por lo que estáis ante un hotel completamente seguro para todos vosotros.
Castillo de Añón
Plaza de la Iglesia, 6
50590 Añón de Moncayo (ZARAGOZA)
info@castillodeanon.com